Éste plato es muy rico, pero de consumo ocasional ya que la carne de cordero es una de las que mayor porcentaje de grasa concentra en algunas zonas.
Por eso, cuando hay exceso de peso, problemas de colesterol o triglicéridos elevados, se ha de controlar su consumo e intentar escoger las partes con menos grasa.
Precisamente por la grasa, las personas con estómago delicado pueden tener problemas con la digestión.
El consumo de cordero es totalmente aconsejable para personas sanas de cualquier edad, siempre que la cantidad y la frecuencia con que se tome sean moderadas.
La carne de cordero supone una fuente importante de proteínas de muy buena calidad. de sus vitaminas destacan las del grupo B, y entre ellas la B12, que sólo se encuentra en alimentos de origen animal.
En cuanto a los minerales, la carne de cordero es una buena fuente de hierro que se absorbe fácilmente y que previene la anemia. También destaca el contenido en fósforo, sodio y zinc.
Las verduras que integran la receta son ricas en antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra, contribuyendo así a completar el valor nutricional de la carne. Las hierbas aromáticas aportan propiedades nutritivas y terapéuticas a los platos por ser ricas en sales minerales y vitaminas.
A esto se suma que algunas de ellas, como el tomillo, el laurel y el romero, ayudan a que las digestiones sean más llevaderas.
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